La situación del mercado inmobiliario en España continúa por un camino que promete cerrar 2022 con cifras récord. Con el paso del tiempo, la reciente evolución del sector ha ido realizando numerosos giros. En 2006, se autorizaron más de 860.000 visados de obra nueva con uso residencial, una cifra que ponía a España como una potencia mundial en inversiones inmobiliarias, demostrando como ser promotor inmobiliario era una posición privilegiada en el mercado del ladrillo.
Años después de la crisis de 2008, en 2013 se registró un mínimo histórico, con menos de 35.000 visados nuevos, lo que dejaba el mercado español fuera de juego. Aun así, fue a partir de 2014 que se empezaron a tomar medidas que paliaran las secuelas de la crisis mundial, permitiendo la construcción de viviendas nuevas de forma exponencial. Este crecimiento se dio de forma sucesiva hasta 2020 por culpa de la pandemia, pero el 2021 cerró el año superando las expectativas de crecimiento.
Este aumento ha sido en parte por las facilidades que han dado las entidades para la financiación de proyectos. Según un estudio del IE Bussiness School acerca de solicitudes de financiación, por lo general los profesionales tienen al uso de sus propios recursos como fuente de financiación principal. Aun así, para sorpresa de muchos, entre las empresas consultadas, las ampliaciones de capital como método de captación de fondos superó a la financiación bancaria.
Poco a poco la financiación alternativa ha ido haciéndose paso en España, gracias a la inclusión de las nuevas tecnologías dentro de la financiación inmobiliaria. Como ser promotor implica necesitar financiación para realizar proyectos, históricamente los bancos han puesto condiciones que muchas veces no se pueden cumplir. Ya sea por tiempo o por burocracia, muchas empresas han encontrado en la financiación alternativa, una vía de escape que complemente la financiación por parte del sector inmobiliario. Incluso se dan casos de empresas que optan por el crowdlending como única forma de financiación.
Muchos promotores viven con la incertidumbre de buscar proyectos, no solo que sean rentables, sino que agraden a la entidad bancaria, puesto que llevan años quejándose del gran colchón que se pide como seguro por parte de esas entidades. Suelo comprado y grandes números de venta confirmados son elementos que habitualmente se exigen a un promotor para conseguir financiación bancaria, cuando para ello, es necesario contar con un dinero inicial que es difícil reunir.
Ante esta situación, las empresas que se dedican a la promoción, al no contar con grandes respaldos para dicha inversión inicial, ven una buena ventana de escape la oportunidad que les brindan las plataformas de financiación alternativa. Ya sea por la facilidad de lograr financiación realizando ampliación de capital o consiguiendo un préstamo por parte de la cartera de inversores que posee la propia plataforma.
Finalmente, los nuevos contextos implica buscar nuevas estrategias que aporten seguridad y rentabilidad de manera equilibrada. Como alternativa para conseguir una suma importante de dinero en un breve periodo de tiempo, la financiación participativa se ha vuelto una opción real para muchas promotoras que no pueden cumplir con las condiciones impuestas por el banco.