Los conceptos de sostenibilidad y medio ambiente son cada vez más frecuentes a la hora de hablar de edificaciones. En el sector inmobiliario existen empresas que acrediten de manera profesional que un edificio cumple una serie de requisitos y estándares en materia de medioambiente, estos sellos o etiquetas se denominan certificaciones medioambientales.
Para comprender la existencia de las certificaciones medioambientales en edificios (actualmente de aplicación voluntaria) es primordial comprender el factor “sostenibilidad” cuando hablamos de viviendas. Una edificación es sostenible cuando el consumo de recursos es menor que los recursos que es capaz de generar. Por ejemplo, si un edificio con placas solares genera más energía que la gastada por sus inquilinos, este se considerará sostenible.
Las certificaciones medioambientales en edificios son las herramientas encargadas de otorgar validez objetiva a la sostenibilidad aplicada a las edificaciones, ganando así transparencia en la información del edificio. Estas reportan múltiples beneficios, más allá de los ambientales, se consiguen beneficios para los inquilinos, como para las empresas:
Beneficios sociales: Los inquilinos ven mejorado su confort y en consecuencia la salud. Espacios abiertos, buen aislamiento, altos niveles de luz natural son elementos a tener en cuenta en la compra de una vivienda.
Beneficios económicos: Al ser una inversión a largo plazo, disminuye el gasto en suministros, debido a que, el edificio es capaz de generar más recursos de los consumidos.
Beneficios medioambientales: La sostenibilidad va de la mano con la eficiencia energética, consiguiendo el confort del inquilino mediante el uso mínimo de recursos. Asimismo, las certificaciones operan por el uso y gestión de materiales utilizados en la construcción de los edificios.
Actualmente existen diferentes empresas certificadoras, organizadas en torno al país en el que operan. Si bien valoran aspectos similares, cada una posee unos criterios propios que se deben cumplir para conseguir el sello, además de ofrecer una certificación en función al tipo de edificación, ya sean viviendas de obra nueva, edificios ya existentes, barrios, etc. Las principales empresas que operan en el sector inmobiliario son:
Opera en EEUU y analiza 7 criterios entre los que destacan el emplazamiento, gestión de agua, materiales usados para la construcción, etc.
Sistema de evaluación estadounidense que consta de 10 áreas de actuación, siendo algunas obligatorias y otras opcionales. Confort térmico, agua (filtración, tratamiento y localización de puntos) e iluminación, son algunos de los elementos a evaluar.
BREEAM. Building Research Establishment Environmental Assessment Method
De origen inglés, el Sistema analiza 9 criterios de diseño, un ejemplo de ellos son: gestión, energía, materiales o residuos.
HQE. Haute Qualité Environnementale
Sistema francés que analiza 14 ítems agrupados en 4 categorías principales: Energía, salud, confort y medioambiente.
DGNB. Deutsche Gesellschaft für Nachhaltiges Bauen
Sistema alemán que analiza 6 criterios de diseño principales como el emplazamiento, calidad técnica y aspectos medioambientales.
VERDE. Sistema de certificación español desarrollado por el Green Building Council España (GBCE)
Su análisis se centra en 42 ítems divididos en 6 áreas. Recursos naturales o calidad ambiental del espacio interior son dos de las áreas utilizadas.