Qué es el coliving: ventajas y cómo funciona

qué es coliving

En pocas palabras, el coliving es una versión de la vivienda compartida. En concreto, combina el alquiler de una habitación con el disfrute de espacios comunes, que además están pensados para fomentar la convivencia entre los residentes.

Así, a diferencia de un piso compartido tradicional, el coliving ofrece ciertas prestaciones, como zonas de coworking o eventos comunitarios, lo que lo convierte en una opción atractiva para personas que buscan un estilo de vida más colaborativo y flexible.

Si te interesa saber más sobre esta opción de vivienda y por qué cada vez más personas la eligen, te invitamos a seguir leyendo y descubrir todos sus beneficios.

Qué es el coliving

El coliving es un concepto de vivienda que trata de promover la vida en comunidad. En esencia, consiste en alquilar una habitación dentro de un edificio o casa que dispone de áreas comunes compartidas, como la cocina, el salón o incluso zonas de coworking.

En realidad no es algo novedoso, y lo podríamos comparar al modelo de las residencias de estudiantes, las pensiones, los hostales o las residencias a secas. Y es que, a diferencia de un alquiler convencional, el coliving incluye servicios adicionales como limpieza, mantenimiento, conexión a internet y, en especial, actividades para fomentar la interacción entre los residentes.

No en vano, lo que diferencia al coliving de otros tipos de vivienda compartida es su enfoque en crear una comunidad. Así, no solo te ofrece un lugar donde vivir, sino también un entorno donde puedes conocer a personas con intereses similares, compartir experiencias y establecer nuevas conexiones.

Este modelo de convivencia se ha extendido sobre todo en grandes ciudades y es una opción especialmente atractiva para jóvenes profesionales, nómadas digitales y personas que buscan flexibilidad en su forma de vivir.

Origen y evolución del coliving

El concepto de coliving tiene sus raíces en movimientos comunitarios que surgieron a lo largo del siglo XX. Ejemplo de los mismos es el cohousing de Dinamarca en los 60 (del que hablamos más adelante) o los experimentos de comunidades hippies de Estados Unidos.

Estos primeros modelos se basaban en la idea de compartir espacios y recursos para fomentar una convivencia más colaborativa y sostenible. Sin embargo, la versión moderna del coliving se ha adaptado a las necesidades del siglo XXI, especialmente en entornos urbanos y profesionales.

El coliving, tal y como lo conocemos hoy, comenzó a desarrollarse a principios de la década de 2010, impulsado por el auge de los nómadas digitales y la transformación en la manera de trabajar. E igualmente influenciado por el mercado de la vivienda.

Y es que, a medida que el trabajo remoto se ha hecho más común y la movilidad laboral ha aumentado, cada vez más personas buscan soluciones habitacionales que ofrezcan flexibilidad, con servicios integrados.

Este cambio ha sido especialmente relevante en grandes ciudades como Nueva York, Londres o Berlín, donde los precios del alquiler son elevados. En este sentido, también ha ganado popularidad en Madrid y Barcelona, sobre todo entre millennials.

Cómo funciona el coliving

El coliving es una solución flexible, adaptada a las necesidades actuales, en la que se integran alojamiento, servicios y comunidad en un solo lugar. En este sentido, los contratos suelen ser personalizables, lo que te permite quedarte desde unas pocas semanas hasta varios meses.

Por lo general, en un espacio de coliving alquilas una habitación, con baño propio o compartido, mientras que las zonas comunes -como la cocina, el salón o zonas de trabajo- son accesibles para todos los residentes.

Además, el coliving destaca por los servicios que se incluyen en el alquiler. En la mayoría de los casos, no tienes que preocuparte por los suministros, como agua, electricidad o internet, ya que están contemplados en la renta mensual.

También se suelen ofrecer prestaciones como limpieza, lavandería, mantenimiento e incluso actividades comunitarias, como talleres o eventos sociales. Y es que, el objetivo del coliving no es solo proporcionarte una vivienda, sino también ofrecerte una experiencia de vida compartida y colaborativa.

Ventajas del coliving

Vivir en un coliving te ofrece una serie de ventajas que hacen de esta opción una alternativa atractiva frente a los alquileres tradicionales o los pisos compartidos. A continuación, te detallamos algunos de los principales beneficios:

  • Flexibilidad: a diferencia de los alquileres convencionales, que suelen requerir contratos de larga duración, en los colivings puedes optar por estancias más cortas. Incluso de semanas.
  • Todo incluido: el precio del alquiler suele incluir todos los gastos asociados a la vivienda. Esto te permite evitar sorpresas y planificar mejor tu presupuesto mensual.
  • Comunidad y networking: la convivencia diaria, sumada a la organización de actividades conjuntas, fomenta la creación de redes sociales y profesionales. Algo especialmente útil si te interesa ampliar tu círculo de contactos o desarrollar proyectos colaborativos.
  • Espacios diseñados para el trabajo: las viviendas de coliving suelen estar equipadas con zonas de coworking, acceso a internet y salas para reuniones o videollamadas. Un entorno adaptado para ser productivo sin necesidad de desplazarte.
  • Sostenibilidad: al estar diseñados para ser compartidos por varias personas, los colivings tienden a optimizar mejor los recursos y reducir su huella ambiental.
  • Acceso a ubicaciones privilegiadas: los colivings suelen estar situados en zonas céntricas, donde el precio de una vivienda de alquiler convencional sería prohibitivo.

Diferencias entre coliving y cohousing

Aunque el coliving y el cohousing comparten sus orígenes, y principios como la vida comunitaria y la colaboración entre los residentes, se trata de dos enfoques diferentes.

El coliving está más orientado a ofrecer soluciones de alojamiento flexibles y temporales, enfocadas principalmente a personas jóvenes o nómadas digitales. Los residentes tienen su propio espacio privado -generalmente, una habitación- y comparten áreas comunes que gestiona el propietario del edificio o vivienda. Es un modelo más semejante al alquiler.

Mientras, el cohousing es un modelo de vivienda cooperativa a largo plazo. Los residentes son copropietarios y forman una comunidad más establecida. En este caso, las viviendas suelen ser independientes, con una casa o apartamento para cada familia o individuo, pero se comparten ciertas instalaciones, como lavanderías o salas comunitarias.

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