Cuando se habla de inversiones, generalmente el gran público tiende a pensar en la bolsa, en los bonos o en los fondos y planes de pensiones convencionales. Sin embargo, existe un sector dentro del mundo de la inversión que es igual de amplio como interesante por muchas razones. Se trata, del private equity, también conocido como capital privado o capital riesgo.
¿Qué es el private equity?
El private equity se enmarca dentro de las famosas inversiones alternativas, como también lo hace el crowdfunding inmobiliario. No es otra cosa que la compra de participaciones de empresas que no cotizan en bolsa. Solo con esta primera premisa se puede vislumbrar el amplio campo que abarca. Pueden encontrarse empresas familiares con negocios consolidados a lo largo del tiempo, hasta startups tecnológicas con un futuro prometedor.
Hay que tener en cuenta que más del 90% de las empresas no cotizan en bolsa y que, por tanto, se enmarcan dentro del CVC o capital privado. Entre ellas hay algunos nombres tan conocidos como Pastas Gallo o Wallapop.
En este punto, también es necesario hablar de las diferencias con el venture capital, que es una rama más del private equity, pero no es lo mismo. Así, el venture capital se enfoca en empresas tecnológicas, con inversiones más pequeñas, mientras que el private equity invierte en diversas industrias, con inversiones mayores. El venture capital adquiere porcentajes menores de la empresa, asumiendo más riesgo y esperando un retorno del 20%, mientras que el private equity busca adquirir la mayoría de la empresa, con menor riesgo y un retorno del 40%.
¿Cómo invertir en private equity?
Lo cierto es que la Ley Crea y Crece, aprobada en el año 2022, ha supuesto un antes y un después en la inversión en capital riesgo. Anteriormente, era necesario un desembolso inicial muy alto para entrar en un fondo de inversión de private equity. En concreto, había que invertir, como mínimo, 100.000 euros. Ahora, se ha reducido hasta los 10.000 euros. Aunque es una cantidad elevada, es más asequible para los inversores minoristas.
Así, lo primero de todo es saber que se necesita un capital inicial que, como mínimo, será de 10.000 euros. Aunque, esto puede variar en función de la gestora o del intermediario. Ahora bien, ¿cómo invertir en private equity? La mejor manera, la más directa y más sencilla es hacerlo a través de un fondo de inversión.
Los fondos de inversión especializados en private equity poseen en su cartera diversas compañías de diversos sectores e incluso regiones. Por tanto, es una inversión diversificada y con menos riesgo frente a la otra alternativa: comprar directamente participaciones de una empresa de capital riesgo. Esta segunda alternativa puede suponer un desembolso mayor y una cartera menos diversificada, pero también es una opción a valorar.
¿Qué tipos de private equity existen?
Básicamente, encontramos cuatro tipos diferentes a la hora de invertir dentro del capital privado.
- Capital de expansión o desarrollo (Growth Capital): inversión en empresas de crecimiento con historial de beneficios y ventas, con el propósito de lanzar nuevos productos o expandirse a nuevos mercados. Aquí podría enmarcarse el famoso venture capital.
- Capital de sustitución o replacement: Entidades de Private Equity ocupan el lugar de un accionista que desea retirarse, común en empresas familiares con problemas de sucesión.
- Capital de reorientación o reestructuración (Turnaround): Inversión en empresas en dificultades financieras a largo plazo, proporcionando fondos para implementar medidas correctivas y reconducir la situación.
- Capital de compra apalancada (LBO): Operaciones donde una parte de la compra se financia con recursos externos, garantizados por la empresa adquirida, y la otra mediante capital de los inversores. Las empresas objetivo suelen tener ingresos estables para cubrir los pagos de intereses de la deuda.
¿Cuáles son las características de este estilo de inversión?
Invertir en private equity y en fondos de private equity no tienes las mismas características que hacerlo en un fondo de mercados tradicionales o cotizados. Por tanto, una vez visto lo que es el capital privado y todas las ventajas que nos puede ofrecer, como la diversificación y la posibilidad de incluir compañías que serían inaccesibles en los mercados públicos; es necesario conocer las características.
La característica que nunca se puede obviar es la de la liquidez y el plazo de inversión. Los fondos de private equity suelen requerir un mínimo de años invertido para recuperar la inversión y tomar los beneficios. Es cierto que esto varía de una gestora a otra, pero suele ser un requisito común. Así, mientras que en un fondo al uso se pueden vender las participaciones en cualquier momento, en un fondo de private equity no es así.
La duración media de un fondo de private equity es de 10 años. Durante los primeros 5 años, el fondo recurre gradualmente a los compromisos de inversión. Las salidas, venta de activos en cartera, ocurren progresivamente y los ingresos se distribuyen. La liquidación del fondo puede extenderse 1 o 2 años más. Los inversores se comprometen contractualmente durante todo el ciclo y no pueden cancelar su compromiso sin sanciones. Se pueden realizar transferencias o contribuciones, pero requieren aprobación del gestor del fondo. La salida de inversión implica un descuento sustancial.
Rentabilidad y riesgos del private equity
Ahora bien, si la falta de liquidez puede suponer un hándicap, la rentabilidad de este estilo de inversión es, generalmente, su gran atractivo. Según el primer Informe de Rentabilidad de los Fondos de Capital Privado en España 2021, elaborado por SpainCap y el área de Strategy and Transactions de EY en España, los fondos de capital privado españoles creados entre 2006 y 2019 exhiben una tasa interna de retorno (TIR) neta del 11,2% y un múltiplo de capital invertido (TVPI) de 1,6x. Esta revelación destaca como una de las conclusiones principales del informe.
En 2022, el retorno anual neto de los fondos de capital privado superó el 11%, destacando frente al Ibex 35 (3,3%) y el sector inmobiliario (5,4%). Esto consolida a los fondos de capital privado como la opción de inversión más rentable.
Así, en el caso de tener invertidos 30.000 euros en un fondo de capital privado, se puede esperar un beneficio anual medio de 3.360 euros. Si le sumase el efecto del interés compuesto, al cabo de una década quien invirtiera 30.000 euros tendría 86.729 euros brutos. Un beneficio de 56.729 euros, sin el efecto del interés compuesto, el beneficio sería de 33.360, duplicando el capital invertido inicialmente.Sobre los riesgos, hay que tener en cuenta que invertir en capital privado conlleva varios riesgos importantes. La pérdida de capital es una preocupación principal debido a la naturaleza de alto riesgo y alta recompensa. La falta de liquidez dificulta la salida de inversiones y puede generar problemas de valoración. Los conflictos de intereses son comunes, ya que las empresas de capital privado pueden priorizar sus intereses sobre los de los inversores. Además, las tarifas elevadas pueden afectar la rentabilidad de la inversión. A pesar de estos riesgos, el capital privado puede ofrecer recompensas significativas para los inversores dispuestos a asumirlos.
¿Cómo elegir un fondo de private equity?
La inversión en capital riesgo se suele hacer, generalmente, mediante fondos de CVC. En el mercado existen una gran variedad de fondos que están enfocados en este segmento. No hay unos mejores que otros, sino que habrá fondos que se adapten mejor a lo que cada uno de los inversores quiere y necesita.
Así, en lo que se deben fijar es en la duración del fondo y los compromisos de permanencia que asume el inversor, el capital mínimo de entrada, la rentabilidad esperada, el tipo de empresas en las que el fondo va a invertir, la trayectoria del equipo gestor y del propio fondo… hay muchos aspectos que no deben pasarse por alto.
Para los inversores que quieran hacer una inversión de riesgo más alta, apostaran por el venture capital, donde se verá un mayor nivel de capital de crecimiento. Mientras que, para los que busquen algo más moderado, pueden buscar fondos de private equity enfocados en empresas más consolidadas.
¿Cómo se liquida una inversión en private equity?
Lo cierto es que puede producirse de dos maneras. La estrategia a seguir de un fondo de private equity incluye, al mismo tiempo, una estrategia de salida. Por ejemplo, se puede estar tres años en una empresa antes de realizar la salida de la misma, así cuando se proceda al retiro, el capital de salida se repartirá entre los inversores. Esta es una de las maneras en las que se liquida la inversión.
La otra manera es esperando a que el fondo termine y venza. Si su duración es de 10 años, la liquidación total de la inversión y el reparto del capital de expansión se produce al finalizar el acuerdo entre la gestora y los inversores. Así, habrá liquidaciones progresivas y, posteriormente, una liquidación final.
Ahora bien, si el inversor quiere salir antes sin cumplir su compromiso de permanencia puede liquidar su inversión, asumiendo las sanciones establecidas que deben quedar recogidas cuando se suscribe la inversión inicial en el fondo.
El private equity es un modelo de inversión alternativa para diversificar tus inversiones, ya que este tipo de empresas no se comportan igual que las cotizadas ni responden a los mismos estímulos.
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