Al adentrarte en el mundo de la inversión seguro que te has topado con dos conceptos: mercado primario y mercado secundario. Seguramente te hayas preguntado, ¿qué son y qué diferencia a uno del otro? No te preocupes porque vamos a explicarte punto por punto cómo funciona cada uno de estos mercados para solventar todas tus dudas.
¿Qué es el mercado primario?
El mercado primario es aquel en el que el emisor vende de primera mano un activo. Por ejemplo, cuando una empresa sale a bolsa hace una Oferta Pública Inicial (OPI) hay vende sus acciones de su mano a la de los inversores que tengan acceso a la OPI. En el caso de la renta fija, ocurre lo mismo, una entidad emite un bono para que los inversores lo compren.
En este mercado, el precio lo fija la empresa o la entidad emisora del bono. Por ejemplo, puede que la compañía XCV salga a bolsa y en su OPI ponga un precio de 2 euros a sus acciones. Ese es el precio que deben pagar los inversores en el mercado privado para comprar los títulos. Lo mismo ocurre con los bonos, se debe pagar el precio que fije el Gobierno o empresa.
¿Qué es el mercado secundario?
Una vez que hemos visto el mercado primario, seguramente te preguntes por el secundario. En este es donde entra en juego la venta entre particulares. Es la bolsa como tal. Una vez que un inversor en el mercado primario ha comprado acciones de una empresa, puede venderlas a otro particular en el mercado secundario. Y este, a su vez, a otro.
Con los bonos ocurre lo mismo. Un inversor puede comprar el bono, pero después puede sacarlo al mercado secundario y venderlo a un precio superior o inferior para obtener liquidez y desprenderse de ese activo o de una parte del mismo.
¿Qué diferencias hay entre el mercado primario y el secundario?
Lo más diferenciador es el precio. En el primario lo fija el emisor de las acciones o de los bonos, mientras que en el secundario lo marca la oferta y la demanda de los particulares.
Imagina que un inversor compró en 2019 50 acciones en una OPI a 2 euros en el mercado primario. Decide mantenerlas durante cuatro años y en 2023 las vende en el mercado secundario, donde la oferta y la demanda sitúan el precio de la acción en 4 euros. Así, habría ganado el doble.
La segunda gran diferencia está en el acceso. Al mercado primario solo está disponible para inversores institucionales, mientras que al secundario tienen acceso los minoristas. Así, los pequeños inversores deben esperar a que los grandes vendan en el mercado secundario lo que compran en el primario.
Algo parecido ocurre con la comida. Generalmente, los particulares no tienen acceso a las lonjas o grandes superficies como Mercamadrid. Allí acuden restaurantes o carnicerías, pescaderías, etc… y estas, después, lo venden a los clientes en sus tiendas. Lo mismo ocurre en la bolsa de valores en el mercado primario y secundario.
Finalmente, también los diferencia los objetivos de cada uno de los mercados. En el primario, los emisores buscan financiación directa mediante la emisión de un bono de acciones. Mientras que, en el secundario, los inversores quieren comprar estos activos para incluirlos en su cartera de inversión.
¿Qué productos financieros se encuentran dentro del mercado primario?
Generalmente, acciones y bonos de todo tipo. Es decir, es un mercado tanto de renta fija como de renta variable. Aquí puedes encontrar desde nuevas acciones que una empresa saque al mercado, hasta bonos de todas las calificaciones. Desde los soberanos, hasta los corporativos.
Generalmente, los bancos privados o inversores institucionales acceden a este mercado primario y, después, ofrecen esos activos a sus inversores. Aunque también pueden integrarlos directamente en un fondo de inversión.
¿A qué mercados primarios tengo acceso?
Hay inversiones en las que el acceso al mercado primario es más sencillo. Por ejemplo, en mercados no regulados, como las criptomonedas, se puede acceder al AirDrop o lanzamieno de una criptomoneda que empieza a cotizar en un Exchange. no existe esta figura, solo el mercado secundario, donde se pueden comprar los activos mediante un Exchange.
Otro ejemplo sería el del crowlending inmobiliario. En este caso, una empresa como wecity emite las participaciones de un proyecto a los inversores hasta obtener el capital que se necesita. Después, esa participación la tenemos que mantener hasta su vencimiento para recibir la rentabilidad estimada que genere el proyecto. Es decir, en este caso no existe un mercado secundario y tendrás acceso directo al primario.